Las relaciones con los demás.

¡VAMOS A APRENDER A CONTROLAR LA IRA!
 
El famoso soldado Noda había peleado en muchas y cruentas batallas. Estaba hastiado de la guerra, deprimido y descreído. Para buscar un nuevo sentido a su vida, acudió a visitar al maestro Riokan.
 
Cuando lo tuvo delante, le preguntó:
 
– ¿Existe realmente un cielo y un infierno?
 
– ¿Quién eres tú? – Le pregunto el maestro con gesto despectivo.
 
– ¡Soy un samurai! – Respondió Noda
 
– ¿Tú? ¿Un guerrero? – Exclamó Riokan. – ¿Qué clase de gobernante emplearía a un pobre diablo como tú?
 
Noda se puso rojo de furia y movió la mano hacia la espada. Impasible, Riokan siguió hablando:
 
– ¿Llevas un arma? Seguro que ni siquiera sabes emplearla. Mejor véndela y, con lo que te den, te compras un arado.
 
El soldado dió un salto hacia atrás para sacar la espada de su vaina. Su rostro estaba realmente encendido por la ira. Nadie se atrevía a hablar así a un samurai.
 
Justo entonces, un sonriente Riokan dijo:
 
– Mira: ¡Ahora se han abierto las puertas del infierno!
 
El saumurai mudó la cara. Había entendido de golpe las palabras del maestro. Avergonzado, envainó la espada he hizo una referencia en señal de respeto.
 
– Y mira, amigo mío: Ahora se abren las puertas del paraíso – concluyó Riokan.
 
 
 
Saber lidiar con las imperfecciones del otro nos abre las puertas del cielo, pues en las buenas relaciones se halla una de las fuentes de gratificación más importantes de la vida. Si nos obstinamos en ser infantiles e hipersensibles, sin embargo, pueden abrirse las puertas del infierno.
 
Fuente: freepik.es

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