La ansiedad generalizada es uno de los trastornos más difíciles para los psicólogos porque se trata de una tensión que no va asociada a ningún objeto definido. La persona que lo padece, muchas veces, se levanta por la mañana con esa sensación de aceleración. O también puede aparecer espontáneamente en cualquier momento del día e ir creciendo a medida que transcurre la jornada.
Yo he tratado este problema cientos de veces y puedo afirmar que, con la perseverancia adecuada, el problema va remitiendo hasta desaparecer.
El tratamiento sigue dos líneas:
– Aprender a no terribilizar sobre situaciones cotidianas: perder un tren, entregar una tarea a tiempo, ser puntual, hacer las cosas bien en el trabajo.
– Desacelerar para apreciar el entorno y disfrutar dulcemente, en cada momento, de lo que tenemos entre manos.
Fuente: rolloid.net