Como vencer a los celos (Parte 1: que hacer antes y durante los episodios)

Hola amig@s!

Los celos es un tema que todos reconocemos y que muchas veces pueden suponer un gran quebradero de cabeza, tanto si los sentimos, como si los sufrimos. El objetivo de este artículo es ofrecer ideas prácticas y claves que puedan ayudar a todos aquellos que están sufriendo episodios de celotipia.

Un abrazo,

Lo primero y fundamental es reconocer que tienes un problema de celos, no es tu pareja, o esa persona que te atrae, la culpable de tu sufrimiento: es tu evaluación de la situación y la proyección de tus miedos nucleares lo que promueve este tipo de perturbación, es decir, la responsabilidad de tu emotividad negativa es tuya y debes aprender a gestionarla. Por esta razón, antes de aplicar técnicas en el momento de sufrir los celos, debes hacer una profunda reflexión y acatar un firme compromiso: debes tomar la actitud determinante de querer superar los celos; darte la posibilidad de actuar y manejar de otra manera las situaciones en las que los padezcas, colócate en disposición de crear un espacio en el que reacciones de otra manera.

También, para este compromiso previo, te puede ayudar reflexionar sobre la persona en que te conviertes en los momentos de celos. Es probable que, con frecuencia, hayas sentido arrepentimiento después de protagonizar una escena de celos. Es posible que no te guste esa imagen que has mostrado de ti. Por tanto, toma la decisión de peso de que no quieres ser esa persona.  Cuestiónate “¿es la persona que quiero ser, esa que muestro cuando permito que los celos me controlen?”.

Es muy importante entrenar en detectar el punto de inflexión o de “no retorno” de los celos; se trata de reconocer ese momento en el que te envuelve la emoción negativa, se apodera de tí y parece que actúa por tu cuenta, te hace decir cosas y te anima a actuar de manera que, a posteriori, te sientes arrepentido. Por lo tanto, empieza a identificar cuál es tu punto de “no retorno”, con el fin de tenerlo presente en el momento de ataque de celos; esto será crucial para ganar control en el momento de sentir perturbación emocional por celotipia y poder gestionarla de cara a futuras experiencias.

Durante los episodios donde sientes los celos, es vital recordar los fundamentos de nuestro filósofo de cabecera, Epicteto, cuando sostiene que lo malo no es lo que te pasa, sino lo que te dices sobre lo que te pasa; en realidad el problema no es la situación, es tu juicio, tu creencia, tu evaluación acerca de la situación. Recuerda un suceso en el que tu pareja parece que haya hecho algo que encienden tus celos. Si te fijas, en esos momentos, te empieza a venir un flujo de pensamientos, de ideas, de miedos, ante los cuales reaccionas y te activas emocionalmente y te vas cargando de emotividad negativa. Lo que ocurre es que tus pensamientos y la interpretación que das, te secuestran y ese es el momento donde puede aparecer el punto de inflexión y no retorno mencionado anteriormente.

Pero, ¿qué hacer en ese momento de punto de “no retorno”? Se trata de ese momento, cuando sientes que tu mente te proyecta escenarios catastróficos, que ves que se van a cumplir tus más repudiados temores, y las emociones negativas te envuelven y te van a secuestrar. Toma ahí conciencia de ese secuestro y pregúntate si esa faceta que estás a punto de liberar muestra las cualidades de la persona que realmente quieres ser; si esa es la persona en la que quieres que tus seres queridos te recuerden o te conciban.

Una consideración previa que debes tener en cuenta antes de aplicar cualquier técnica de control de los celos es que siempre estás a tiempo de rectificar. Una de las preocupaciones que nos encontramos en las consultas con los pacientes que presentan estos problemas es que se exigen encontrar las claves definitivas, las técnicas infalibles o la “pócima mágica” que erradiquen de una vez por todas su manera celosa de actuar. Esto es irreal, se trata de una emoción que no hay que negar, sino redirigir. Y siempre estamos a tiempo de reconducir la situación, aunque hayamos metido la pata hasta el fondo, nunca es tarde para enmendar lo estropeado, corregir nuestros errores, reponer lo que hemos roto, etc. Esta actitud es más conveniente, sin duda, que abrir la puerta del terreno de la culpa, la vergüenza y el desprecio propio. Es mejor abrir la puerta de la responsabilidad y reconducir lo que hemos dicho o hemos hecho de manera inconveniente. Sé crítico con el comportamiento y respetuoso con tu persona.

Algunas técnicas que puedes aplicar ante el punto de inflexión, son las siguientes:

  1. Técnica del semáforo. Hay que identificar previamente dónde se sitúan tus emociones negativas de los celos en tu cuerpo, dónde se concentran -por ejemplo, en el pecho, en la garganta, etc.- y cómo van creciendo. Observa las señales de tu organismo y reconoce que algo te está incomodando. Imagina, seguidamente, que estas sensaciones son como un semáforo: tienes que reconocer dónde nacen, cuándo nacen y, antes de que llegue al nivel rojo, es el momento de hacer un STOP, debes parar.
  2. A continuación puedes aplicar la técnica del “knock-out” o hacer un “tiempo fuera”. Tómate un tiempo muerto, intenta alejarte física, mental y emocionalmente de la situación (salir de la habitación, o cambiando de contexto, por ejemplo) y accede entonces a la reflexión en torno a “¿cómo me gustaría reaccionar ante estas situaciones?; ¿cómo me gustaría que me recordaran mi pareja, mis hijos, mis amigos o mis compañeros?”, “Si me grabaran ahora con una cámara de vídeo, ¿cómo me vería?, ¿estaría orgulloso de ello?, ¿es la persona que quiero ser?, ¿así quiero ser recordado?”. También puedes aplicar, complementariamente, las técnicas de respiración 5”-7”-10” y visualizaciones que te proponemos a continuación.
  3. Respira, con el método 5″-7″-10″. Consiste en mantener 5 segundos inspirando lentamente con el diafragma, seguidos de 7 segundos conteniendo la respiración y acabar con 10 segundos exhalando sin prisa. Se aplica en el momento en que se presenta, o se vaya a presentar, el secuestro emocional por celotipia, durante varios minutos, repitiendo el ciclo varias veces hasta que estés más calmado.
  4. Enfría la emoción. Es una técnica de visualización. Una vez hayas identificado dónde se colocan las sensaciones negativas de los celos en tu cuerpo (ver técnica del semáforo más arriba), ponle forma, con tu imaginación, de bola de fuego. Visualiza que la bola crece, pero justo antes de estallar (punto de “no retorno”) un cañón de aire helado la va enfriando poco a poco y la hace menguar y apagarse. El cañón de aire puede provenir del ejercicio de respiración anteriormente propuesto y complementario a este ejercicio.
  5. Evoca una imagen o recuerdo relajante. Concéntrate e imagina que estás en tu lugar favorito, una playa, un paraje de la naturaleza, recuerda un momento en el que hayas sido feliz, e invoca -como si fueras un médium- las sensaciones placenteras y emociones de sosiego que experimentaste en ese momento.
  6. Escribir para descargar. Si, a pesar de todo, no consigues desconectar de la situación -por mucho que hayas salido de la habitación, o hayas respirado, visualizado o incluso hayas imaginado tu lugar favorito- y sigues con la tentación de no esperar y de entrar en contacto con las sensaciones y emociones negativas de los celos, escribe todo lo que quieres decir y descárgalo; no tienes porqué quedarte con ello. Puedes escribirlo en el móvil, en un papel, en un bloc de notas, etc. Una vez lo hayas escrito y te hayas descargado, déjalo y léelo al día siguiente. Entonces, en el día de después, pregúntate: “¿realmente esto es lo que quiero decirle y/o hacerle a mi pareja?”. Es muy probable que te des cuenta de que eso no es lo que quieres decir o hacer, o al menos, no así de esa manera, atacando e hiriendo a la persona que amas.
  7. Conecta con el aquí y el ahora, mantente en el presente. Tú no eres lo que sientes; cuando empieces a sentir las incomodidades de los celos, vuelve al presente, observa lo que realmente está pasando, no está pasando lo que tu diálogo interno te está contando, no ocurren tus interpretaciones catastrofistas, ni las proyecciones de tus miedos son ciertas, realmente no está pasando lo que tu mente proyecta. Permanece en tu presente, observa tu incomodidad y permítete estar en esa incomodidad, sin juzgarte. Lo que te está pasando no es terrible, ni insoportable, simplemente es incómodo y desagradable. Tú no eres un ser especial elegido por el Universo para no poder padecer incomodidades, ni situaciones desagradables, ni inconvenientes en ningún momento. Puedes salir de tu cabeza y de tu diálogo interno nocivo, simplemente siendo un mero observador de lo que ocurre y permaneciendo en el estado de “no juzgar”.

Prestando atención a tu cuerpo y a tus emociones, aprenderás a escucharte y a detectar las primeras señales de la incomodidad. También verás que desde la detección de esas primeras señales, puedes ubicarte en otra postura emocional y comunicarte con tu pareja de otra manera más sana.

La cuestión es empoderarte para pasar de ese modo mental automático, que supone el estado celotípico, a uno un poco más consciente -observándote a ti y a la situación-. Podrás apreciar además que, con el entrenamiento adecuado, siempre hay alternativas.

 

Claudio M. López Mora.

Psicoterapeuta colaborador del Centro de Terapia Breve de Rafael Santandreu.

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