COVID19. Día 4… ¿qué hago?

Hola amig@s!!

La psicóloga del equipo, Silvia Borreguero , nos regala este escrito con puntos esenciales para aprender al máximo de la experiencia de estos días.

Abrazo!!

Son tiempos inciertos, la crisis del COVID19 nos está colocando delante ciertas verdades incómodas. La buena noticia es que podemos realizar un magnifico aprendizaje de todo lo que está pasando, y que la vida nos está colocando delante un desafío personal maravilloso.

Veamos el potente aprendizaje que se esconde detrás de todo esto:

  • La importancia de saber estar solos

En este momento de aislamiento lo estamos pasando realmente mal porque nos angustia estar solos. Qué crítico no saber estar a solas con nosotros mismos. Qué pena que al final estemos siempre en una huida hacia delante pretendiendo dejarnos a nosotros mismos detrás. Un paciente muy sabio que se visita en el Centro me dijo en una ocasión: “Silvia, ¿dónde se esconde uno de uno mismo?” No se puede. Es misión imposible. Crónica de un fracaso anunciado. Tenemos que aprender a hacer las paces con uno mismo, amigarnos y ser la mejor compañía posible. Quien sabe estar con uno mismo ha alcanzado la mayor de las libertades personales.

  • La importancia de saber parar y disfrutarlo.

Vivimos en los tiempos del correr, del hacer, del no parar, de la eterna sensación de que o nos estamos perdiendo algo o no llegamos a todo. ¡¡¡Nos toca parar y…oh horror!!! ¿Qué hago yo ahora? Estar todo el día en las redes sociales, internet, televisión, etc. Estar constantemente publicando, compartiendo, consumiendo (des)información, memes, vídeos, etc. Estar siempre en un movimiento frenético pese a estar parados en casa. PAREMOS. STOP. Es un momento increíble para entrenarnos en el arte de parar y no hacer nada. Es precisamente en esos momentos de “aparente” ausencia de actividad cuando se potencia la creatividad, cuando hay más posibilidades de encontrar una solución a algún problema que arrastramos de hace tiempo, cuando permitimos que la mente haga un “reset” e iniciamos de nuevo la capacidad mental para estimularnos con pequeñas cosas.

  • Tener tiempo para cultivar el ocio personal

¿Cuánto tiempo hace que no lees ese libro al que le tienes tantas ganas, que no descubres nuevas canciones, que no pintas, cocinas, tocas música, escribes, montas “legos”, diseñas, etc.?, ¿Cuánto tiempo hemos pospuesto ocuparnos de las cosas que nos hacen vibrar, fluir, transcender? La vida nos lo está poniendo en bandeja… ¿lo sabremos aprovechar?

  • La vida puede cambiar en un suspiro

Parece que la idea “vive el momento presente” se ha convertido en un mantra que repetimos, pero hemos desprovisto de todo significado. Parece una frase de taza de desayuno, de muro de red social, de camiseta, de portada de agenda. Pues la realidad es que sí, la vida puede cambiar de un instante a otro, y aprender no sólo a vivir el momento presente sino a darle un valor a los que estamos viviendo, es el camino más directo al bienestar. En nuestra eterna soberbia lo damos todo por hecho y perdemos la consciencia de que todo puede cambiar y que el presente, estar vivos, es un maravilloso regalo que se nos da cada día.

  • Aprender a estar motivados cuando no hay “algo” en el horizonte

Una paciente -también muy sabia y con una capacidad brutal de reflexión- me comentaba hoy: “Es curioso porque de repente todo ha cambiado. Siempre vivimos con algún evento en el horizonte: ese viaje que tanto deseo, la celebración de un cumpleaños, la cena anual con los amigos de la infancia, el concierto de música…pero ahora, ahora no hay nada en el horizonte. Ahora no podemos concretar nada. Ahora no hay un plan a lo lejos que nos pueda motivar”.

Cuántas veces desechamos los días -el presente- corriendo haciendo aquello que está por llegar. Cuántos días perdemos porque la mirada está ausente. No ponemos presencia, consciencia ni valor al hoy.

Está genial y es súper sano tener proyectos a corto plazo para colorear la inevitable rutina que a veces implica la vida, pero igual de importante es saber estar motivados en ausencia de dichos estímulos, ya no que siempre podremos tener en el horizonte dichos planes (ya sea por salud, economía, trabajo, etc.). Es un desafío personal aprender a estar motivados “porque sí”, porque estoy vivo, porque hoy tengo la maravillosa oportunidad de aprender algo, de crear algo, de hacer algo que implique amor por el otro. La motivación es algo que sucede de dentro hacia fuera.

  • Tolerar la incertidumbre

El ser humano cree necesitar la seguridad para funcionar. El ser humano tiende a intentar tenerlo todo controlado para sentirse tranquilo. La situación actual es un recordatorio de que la seguridad, el control, etc. son ideas mágicas. Y está bien. ¡Qué aburrida la vida si todo fuese previsible, controlable, delineado, estable…! Tenemos el enorme desafío de entender que todo es incertidumbre, y que la verdadera fortaleza no radica en creer que tengo todo lo externo controlado, sino en confiar en mi capacidad interior de afrontar lo que sea que tenga que suceder. 

  • Potenciar la solidaridad, el amor, el respeto, la empatía…

La situación actual nos ofrece la posibilidad de potenciar valores muy importantes como la solidaridad (quedémonos en casa, por favor), el amor (aprovechemos para llamar o escribir a esas personas importantes, hablar más -y mejor- con la pareja, jugar con los hijos, etc.), el respeto (que nuestros mensajes al mundo sean desde el respeto hacia todas las personas) y la empatía (¿podemos hacer algo por las personas que están en situaciones de vulnerabilidad? ¡Hagámoslo!) Todas las crisis ofrecen la increíble oportunidad de reubicar los valores, conectar con lo importante, reinventarnos, mejorarnos, elevarnos.

Son tiempos inciertos, pero también pueden implicar ir construyendo y alcanzando la mejor versión de nosotros mismos. ¿Lo hacemos?

Silvia Borreguero Lázaro

Colaboradora del Centro de Terapia Breve de Rafael Santandreu

 

Un comentario en “COVID19. Día 4… ¿qué hago?

  1. Eva M.

    Hace dos meses quedé sorda repentinamente y con unos vértigos tremendos que aún perduran, aunque han ido muy muy lentamente a algo menos.
    Si no por los libros del señor Santandreu, no habría afrontado la situación, muchas veces desesperante, de igual modo.
    Doy gracias por haber contado (y seguir contando) con esa ayuda.

    Reply

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  • Libros recomendados

  • Artículos publicados por mes