Tener carisma.

Para conseguir transformarnos en personas carismáticas tendremos que recordar tres principios, en todas y cada una de nuestras interacciones. Lo mejor es memorizarlos en tres expresiones cortas para tenerlos siempre a mano:
 
1. Amar.
2. Acompañar.
3. Expresar virtud.
 
El primer punto, «amar», hace referencia a «capturar la esencia hermosa de las personas». Se trata de la actitud más importante de las tres. «Amar» nos enseña a confiar en la esencia bondadosa de todo el mundo, de tal manera que veamos a los demás como posibles grandes amigos, como potenciales íntimos compañeros.
 
En el segundo punto, las personas demasiado tímidas se bloquean porque se presionan a sí mismas para rendir: para ser interesantes o divertidas. Si queremos dejar atrás la timidez y dar la bienvenida al carisma, el secreto es llevar a cabo, en cada una de nuestras interacciones, ese trabajo de conexión sagrada con los demás. Llegar al niño maravilloso que todos llevamos dentro.
 
Por último, siempre que queramos, sin necesidad de hablar, podemos transmitirle al otro valores hermosos: respeto, armonía, tranquilidad, atención, apreciación, incluso elegancia. Es algo que podemos hacer sólo con gestos y actitudes. Cuando estamos con alguien que transmite hermosos valores nos sentimos bien. Y otorgamos a esa persona gran importancia porque tiene la capacidad de mejorar nuestro estado de ánimo, de hacernos sentir personas mejores. Ésa es otra de las esencias del carisma.
Fuente: lavanguardia.com

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