Con la renuncia conseguimos estar felices pese a las adversidades. Sí, los seres humanos podemos disfrutar de la vida al margen de las adversidades porque éstas no son más que amenazas motivadas por apegos innecesarios. Si, a través de la lógica, renunciamos a la posibilidad de perder esto o aquello, ¿se hace la magia! Las situaciones temidas, no nos importan demasiado.
¿En qué medida tal adversidad me impide -o impediría- hacer cosas valiosas por mí y por los demás?
La respuesta a esta pregunta es que SÍ existen personas que son felices con muy poco y SIEMPRE hay cosas valiosas para hacer que nos pueden llenar.
En psicología cognitiva empleamos todos los argumentos posibles para convencernos de que no hay que <<preocuparse>> NUNCA, porque pensamos que se trata de una emoción estúpida y paralizante. Es mucho más útil estar siempre alegre, activar el disfrute y <<ocuparse>> de nuestros objetivos sin un ápice de temor.