Puedo

Hola amig@s!

para hoy tenemos una reflexión muy interesante sobre como podemos afrontar de la mejor manera esos momentos en los que hacemos balance o nos planteamos cambios vitales.

Un abrazo!!

Hay un par de momentos al año que son como hitos en el tiempo, por lo que he visto suele ser fin de año y el cumpleaños. Pueden ser otros, como cambios de casa, de trabajo, cambios vitales…Son momentos en los que, aunque uno no tenga muchas ganas, parece que hay un efecto “miro la maqueta”, de hacer balance de la propia vida y valorar si donde estamos es donde pensábamos estar o cuantos cambios que prometimos se han cumplido, como uno muy común: ¿voy al gimnasio o sigo pagando cuotas? sale caro no ir, desde luego.

Creo que estos momentos son sanos, ponen los pies en el suelo. Tenemos un tiempo limitado.

Mientras pensamos en lo que queremos o en lo que nos gustaría o en lo que ya no está o en lo que hubiera podido ser, el tiempo pasa igual. A veces si me lo pienso demasiado, me lo pierdo.

No sabemos cuánto tiempo estaremos disponibles, o cuanto tiempo me llevara llegar donde quiero ir, o cuánto tiempo decido invertir en no ponerme en marcha. Lo que sí puedo decidir es si me hago este camino ancho o estrecho.

Un camino estrecho está vallado y cercado por “deberías” y “tengo que” de diferentes tamaños y medidas, como un conjunto de carteles que forman una valla a ambos lados de ese camino; y del que salirse parece peligroso o peor aún, inestable. Peor porque el peligro puede ser puntual, pero la inestabilidad da más miedo, no tiene fin. Un estar regular o tirando a mal, normalizado. ¡Qué repelús!

Un camino ancho incluye más. Más opciones, más decisiones, más peligros, más disfrutar.

Puede que no podamos escoger el camino a veces, en cambio sí podemos hacerlo ancho o estrecho.

El cambio se produce cuando pongo la vista por encima de la valla, cuando sé que puedo poner o quitar esos carteles. Incluso poner otros, como “mira que es difícil esto, venga, ¡a por ello!”. Todo pasa.

Un truco es implicarse en ese camino, me meto de lleno, voy con todo el equipo, piso y me embarro. Recordar que el tramo duro dura lo que dura.

El camino es elástico. Cuando me pille poniendo vallas: stop. ¿Lo quiero vivir así? ¿no le puedo sacar más jugo? y una pregunta más, ¿para qué hacerlo más ancho si con lo que estoy, estoy acomodado? ¿para qué fijarme cada día en la luz, en la comodidad del sofá de mi casa, en la comida…? sólo porque puedo.

Imagen de meditacionesdeldia.com

Ana Aparici

Psicóloga colaboradora del Centro de Terapia Breve de Rafael Santandreu

 

2 comentarios en “Puedo

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