Hola amig@s!!
Hoy os traemos un artículo muy interesante sobre la «terribilitis» que podemos tener al hablar en público.
Abrazoo,
Cuando nos enfrentamos a hablar en público con frecuencia aparecen por nuestra cabeza ideas como “¿y si lo hago mal?”, “¿me pondré nervioso@?”, “¿me quedaré en blanco?” que lejos de ayudarnos a observar la tarea con ilusión y ganas, nos hacen sentir poco capaces de hacerlo, y lo que es peor, cero capaces de disfrutarlo.
El error en este caso está en la exigencia de hacerlo siempre todo súper bien y en la necesititis de sentirme siempre cómod@ y tranquil@. Estos son los dos errores fundamentales que provocan ese miedo desmedido a hablar delante de otras personas.
¿Cómo lo abordamos?
1.- Prepárate la exposición, presentación o charla que vas a dar. Practica y acostúmbrate a escucharte hablando.
2.- Visualízate en la situación y disfrutando del momento, haciéndolo como buenamente puedes, no perfecto, pero estás bien y eres capaz de continuar con el plan previsto.
3.- Una vez trabajado el contenido de tu presentación queda lo más importante: dale la importancia justa y convéncete de que aunque lo hicieras fatal, el mundo seguiría girando sobre su eje como hasta ahora y tu capacidad para ser feliz continuaría intacta.
Este tercer punto es el que realmente trabajamos en consulta. ¿Realmente sería tan grave no hacerlo bien?, ¿cuál sería la verdadera consecuencia?, ¿sería algo terrible? Piénsalo bien, ¡en realidad no! Nada de lo que hacemos tiene consecuencias tan graves como la terribilitis quiere hacernos pensar. Por eso, pon toda tu energía en hacer lo que puedas, en transmitir lo que has venido a contar y en darte cuenta de que hablar en público es una actividad como tantas otras que haces cada día. Al fin y al cabo, si me lo he preparado a conciencia y lo estoy haciendo lo mejor que puedo, ¿qué más puedo pedir?
Cuando pensamos racionalmente y desterramos de nuestra cabeza la exigencia y la terribilitis, dejamos que entre la capacidad de disfrute. Nos centramos en la situación real y dejamos que fluyan todas nuestras capacidades. Si dejo de estar pendiente de hacerlo súper bien, estaré atento a lo que tengo entre manos, y eso ayudará a que mis energías y mi atención se concentren en el tema que me ocupa, lo que mejorará mi rendimiento y sobre todo mi capacidad para disfrutar del momento.
En resumen, voy a tratar de hacerlo lo mejor que pueda y disfrutarlo a tope pero,…y si lo hago mal, qué?
Ana Mena
Psicóloga Colaboradora del Centro de Terapia de Rafael Santandreu
Comparto ampliamente tu forma de entender la vida y la psicología. Gracias por compartir y difundir tus ideas, que sin duda, ayudan al crecimiento personal y profesional.
«En la vida he sufrido por mil desgracias que nunca llegaron a sucederme».
¡Gracias a ti, JM! ¡Un abrazo!
La anticipación puede ser el peor enemigo para promover nuestras dudas, falsas expectativas y ansiedad social. El mejor remedio, afrontar sin pensar demasiado.
Buen artículo, saludos.
Realmente es así, sufrimos por todos los desastres que imaginamos que van a ocurrir, y después, una vez que lo hacemos, nos damos cuenta que no pasó nada de lo terrible que pensamos que iba a ocurrir. Y, si sucede algo medianamente malo, no es lo que imaginamos y además, nos damos cuenta que no era tan terrible. Resumiendo, nunca acertamos con todos los desastres que imaginamos. Pueden suceder ciertas cosas, quizás algún error, pero, en definitiva, después vemos que no era para tanto.
Me alegra mucho que lo aprecies Eduardeo. Si te gustó este artículo te recomiendo que busques uno que publicamos hace un par de años titulado Programa anti-terribilitis. Te paso por aquí una copia para que lo tengas a mano:
PROGRAMA ANTI-TERRIBILITIS
Como ya sabéis los que habéis leído tanto EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA, como LAS GAFAS DE LA FELICIDAD y SER FELIZ EN ALASKA, la terribilitis -o pensamiento catastrofista- es uno de los gérmenes principales de nuestra perturbación emocional (ansiedad, depresión, ira, culpa, vergüenza, etc.). A continuación os ofrecemos unos sencillos pasos para poder reconducir vuestra perturbación y tomar las riendas de vuestra emotividad.
1) Respirar, con el método 5″-7″-10″ (inspira en 5 segundos, retén el aire en 7 segundos y exhala en 10 segundos) en el momento que se presenta o se vaya a presentar la perturbación emocional o el pensamiento catastrófico. Se trata de un método de relajación muy efectivo que te permitirá bajar el “soufflé” de tus emociones adversas y poder, a continuación, poder pensar con más racionalidad. También puedes utilizar otros métodos de relajación que tú prefieras o con los que estés más familiarizado. Opcional: practicarlo dos veces al día, a razón de 6 minutos cada vez.
2) Aceptación: tus problemas de perturbación emocional y terribilitis se mantienen y son recurrentes porque te dices a ti mismo con fuerza que la perturbación es mala, muy mala, y que tiene absolutamente que extinguirse de tu vida. Debes mejorar tu relación con las sensaciones de perturbación emocional. Esta es la primera exigencia que debes atacar. Si te argumentas con determinación que efectivamente son incómodas, inapropiadas, desagradables, pero nunca TERRIBLES, ni INSOPORTABLES, la cosa mejorará. Cámbiale la etiqueta. Sobretodo, que incluso si no se fueran nunca, es decir, que de vez en cuando tengas estas situaciones incómodas a diario, solo representan una pequeñísima parcela de tu vida y que podrías hacer y seguir haciendo cosas valiosas para ti y para las personas que estimas -viajar, playa, montaña, practicar deportes, hacer cosas artísticas, hacer cosas por los demás, disfrutar de tu familia,…la lista es interminable-, si las aceptas, tu relación con la perturbación mejorará notablemente y, por tanto, tu vida mejorará.
3) Preguntas que me ayudan a redirigir mi pensamiento catastrófico. Lo primero es identificar qué película de catástrofe o terribilitis me he montado y aplicar las siguientes preguntas ( “¿Qué temes que pase o que crees que va a pasar?”). si te atascas con alguna pregunta, o directamente no te sirve, no te quedes atorado/aferrado ahí, pasa a la siguiente:
Que evalúan la validez del pensamiento:
¿Qué es eso tan malo que crees que va a pasar o está pasando?
¿Estoy sobre-estimando la probabilidad de que ocurra lo que pienso?, ¿cuántas veces ha pasado?
¿Estoy pensando en que porque algo malo pueda suceder, sucederá?
¿Está mi juicio / evaluación basado en cómo me siento, en lugar de en hechos objetivos?
¿Existen otras posibilidades alternativas a lo que estoy pensando que ocurrirá?
¿Son probables también, incluso más, las otras posibilidades alternativas?
¿Cuál es la posibilidad más probable?
¿Estoy empleando palabras extremas o exageradas tipo «siempre-nunca, debería,…»?
¿Estoy pensando en términos de certeza en lugar de probabilidad?
¿Estoy sub-estimándome, estoy subestimando lo que puedo hacer para manejar la situación?
¿Qué me diría una persona importante para mi a cerca de este pensamiento?
Si este pensamiento lo tuviera una persona importante para ti, ¿qué le dirías para hacerle ver que no es correcto?.
2. Preguntas para desterribilizar.
Esto que me parece tan malo ahora, ¿durará siempre?
Incluso si lo que me parece TERRIBLE, que sabemos que es poco probable que ocurra tal y como lo imaginamos, se manifestara, ¿sería tan tan tan tan HORRIBLE?, ¿más horrible que vivir en Siria ahora mismo?, ¿o más horrible que otras situaciones horribles que yo mismo superé en el pasado?
¿Qué pasaría si las cosas que temo ocurriesen?, ¿qué soluciones habría que aplicar o hacer al respecto?, ¿qué te dice el sentido común que deberías hacer?
¿Qué le dirías a una persona importante para ti con el fin de ayudarle si se diera la situación temida?
3. Preguntas para evaluar la utilidad de los pensamientos terribilizadores.
¿Me ayuda este pensamiento a conseguir mis objetivos y solucionar mis problemas?
¿Me ayuda esta manera de pensar a sentirme como yo quiero sentirme?
¿Qué impacto tienen estos pensamientos sobre mis sentimientos y mis conductas?
¿Pensar en esto me ayuda o me estorba?
4) Hacer una lista manuscrita en tarjetas de pensamientos alternativos, más racionales, que nos ayuden a sobrellevar mejor las situaciones de perturbación emocional y llevarla encima.
Si mantienes el hábito de seguir estos pasos, podrás mantener a raya tu terribilitis.