Hola amig@s,
Os dejo un texto muy interesante sobre la muerte, algo muy temido por algunas personas pero tan natural como la vida.
Un abrazo!
OTRA ACTITUD HACIA LA MUERTE
Este es un tema que suele ser tabú en nuestra sociedad porque mucha gente le tiene miedo a la muerte. Por eso me ha parecido muy interesante una entrevista que aparece hoy en un periódico a una especialista en tanatopraxia. Está licenciada en Historia Medieval y se dedicó a este trabajo porque desde pequeña le tenía mucho miedo a la muerte debido a una experiencia traumática que vivió. Y pensó que lo mejor que podía hacer para superarlo era ¡trabajar en una funeraria! Preparaba cada cadáver: los lavaba, les cerraba los ojos y la boca, los maquillaba… Y esta experiencia le hizo aprender a valorar la belleza de las diferentes cosas de la vida y a perder el miedo a la muerte.
En realidad, desde hace siglos, en muchas culturas la muerte se ha tratado de una manera muy normalizada y hacen rituales que les permiten obtener consuelo. Por ejemplo, en Estados Unidos ofrecen entierros verdes; esto consiste en que se entierra el cuerpo solo con un sudario y así cuando se descompone sirve para crear una nueva vida.
En muchos lugares de Latinoamérica para celebrar el paso de la vida a la muerte utilizan las “calaveritas”, que son unos versos populares y satíricos que hablan de la persona difunta.
Las tribus maoríes utilizan la danza haka: se golpean las extremidades y pisan con fuerza el suelo; esto lo escenifican los jugadores de rugby de Nueva Zelanda.
El “Libro tibetano de los muertos” (Bardo Thodol es su título original) es un tratado sobre cómo orientar un ser que está a punto de fallecer, y como guiarlo hacía el Bardo (estado que media entre la muerte y el renacimiento) después de la muerte física, para que no se deje desviar por los recuerdos de la vida y los seres que acaba de dejar. Esta filosofía ancestral nos enseña que el arte de morir es tan importante como el arte de vivir, y que el futuro del alma de este ser que pasa a otro plano depende, quizá enteramente, de una muerte correctamente aceptada por él mismo, y controlada por un familiar u otra persona, quién lo acompañará amorosamente en este proceso.
Independientemente de si somos religiosos o no y de la cultura de la que provenimos, tendríamos que enfrentarnos a la muerte de una manera mejor de lo que lo solemos hacer porque es algo a lo que nos tendremos que enfrentar tarde o temprano, no sólo a nuestra propia muerte si no también a la de algún familiar o ser querido. ¡Es tan natural como la vida!
Mª José Moreno
Psicóloga colaboradora del Centro de Terapia Breve de Rafael Santandreu