El deseo sexual

Hola amig@s

Os dejo un texto muy interesante sobre la falta de deseo sexual y cómo resolverlo.

Un abrazo!

COMO CON EL COMER O EL RASCAR, EN LA CAMA, A VECES, TODO ES EMPEZAR….

A menudo acuden  a consulta personas (o parejas),  que informan de que su vida sexual es muy pobre y hace tiempo que el deseo sexual de alguno de ellos ha disminuido. Esa falta de apetito sexual de uno de los dos miembros de la pareja, provoca en el otro la sensación de no sentirse deseado; también suele conllevar la queja de estar a «a pan y agua», como se dice coloquialmente. Y el otro miembro de la pareja, a menudo, puede sentirse culpable o presionado por este tema.

Los motivos de esta falta de interés en el aspecto sexual, pueden ser muy variados: desde estar bajo tratamiento de fármacos antidepresivos, a estar sometido a una fuerte tensión durante un período prolongado de tiempo; o bien, inmerso en un estado de ansiedad;o encontrarse, las mujeres, en periodo de post parto y/o de lactancia; o , en ocasiones, que la propia relación de pareja esté pasando por un período de crisis, por problemas no resueltos, por falta de comunicación, o por carencias no expresadas que provocan cierta rabia o rencor frente al otro; o incluso, por la aparición de terceras personas, por las que uno de los miembros de la pareja, puede sentirse sexualmente más atraído.

El psicólogo, en estos casos, ha de intentar localizar dónde radica el problema, y cuál es su origen, para que lo puedan entender también los miembros de la pareja. Y a partir de ese momento, lo que se ha de procurar es evitar, en la medida de lo posible, los factores o causas que han llevado a la persona a ese bloqueo a nivel sexual. Por ejemplo, en el caso de que el factor sea la medicación, habrá que acudir al psiquiatra interesando un cambio de medicación o de dosis prescrita; en el supuesto de que sea el estrés o la depresión la causa determinante,  deberán modificarse los malos hábitos (mentales o conductuales) que han llevado a esa persona a sentirse así…, e introducir nuevos hábitos que modifiquen esa actitud; También pueden trabajarse los problemas de pareja que puedan ser causa de este desinterés sexual, a través de  sesiones de terapia en pareja,  para sanear en lo posible la relación y recuperar la armonía que existía entre ellos.

Pero muchas veces, además de lo comentado, el consejo práctico que suele darse a la persona que padece el problema, tras haber trabajado un poco las causas y los sentimientos negativos asociados a ello, es el de lanzarse a reiniciar las relaciones, aunque de entrada le parezca que no le pueda apetecer. No hay que tener miedo a ello. Hay que volver a empezar.

A veces suele sorprender, y puede incluso que les haga dudar sobre la utilidad del método, pero realmente funciona porque a veces el problema es que están encallados en la inercia de no tener sexo, y ya ni entra en sus planes el darle un espacio a esta actividad. Otras veces, es la creencia de que «hay que sentir deseo o motivación para hacer las cosas o si no, no se pueden hacer«, con lo cual nunca se encuentra un espacio para la vida sexual y va pasando el tiempo, sin que exista encuentro alguno.

Sin embargo, puede darse un giro a la historia, es decir, que a veces las ganas empiezan a aparecer cuando uno se ha puesto “manos a la obra” con ello (nos podemos encender una vez hayamos iniciado la relación sexual), y a veces es a base de darle un espacio al sexo,  cuando nuestro cerebro vuelve a recuperar las ganas de volver a usarlo regularmente como forma de disfrutar de la vida y de la pareja. En este sentido, sucede un poco como con el deporte: que a fuerza de practicarlo, se crea la necesidad de  hacerlo, y si en cambio, estás una temporada sin practicarlo, cuesta más el arrancar de nuevo.

Sin embargo, y esto es importante, volver a reiniciar el tema sexual y darle un espacio al erotismo no puede significar ningún tipo de imposición al respecto: ni que la relación haya de ser completa, ni que incluya necesariamente el coito y orgasmo… u otros aspectos que pueden no apetecer desde el propio reinicio.  Lo que se ha de procurar es intentar disfrutar poco a poco del momento que dure la relación, con mucha calma y auto-respeto, sin exigencias de orgasmos ni coitos ni nada que no fluya con deseo, tranquilidad y naturalidad; Se trata más bien de intentar disfrutar de cada momento, de cada caricia, y de cada beso, y de toda sensación placentera, sin forzar, ni presionar, ni exigir…como decimos ….

De esta forma, si la persona, que padece ese problema de falta de deseo sexual,  no quiere o no puede acabar la relación practicando el coito, su pareja tendrá que respetar esa decisión,  y ser auto-suficiente para tener sus propios recursos y satisfacer su propio deseo sexual, si es lo que necesita (ejercitando, por ejemplo,  la masturbación).

Ya solo el hecho de haber intentado pasarlo bien, dure el tiempo que dure, es una buena experiencia para empezar a abrir la mente, de nuevo,  a este tema.

Conclusión:  A la persona que tiene un problema de falta de apetito sexual, puede aconsejarse que se implique y que se lance  al inicio de la relación sexual con la pareja, pero sin exigencias, y con la absoluta libertad de no tener que finalizarlas, ni de dar placer al otro con la única finalidad de no decepcionar a la pareja, sino intentando redescubrir el sexo desde el erotismo, desde el disfrute,  de pasarlo bien, en definitiva, con independencia del tiempo de duración que suponga;  y el otro miembro de la pareja, deberá ser lo suficientemente paciente para saber esperar y no exigir que las relaciones tengan un final determinado, o que acaben en coito ni orgasmo, o que duren «hasta el final por ser su derecho», pues la exigencia es el gran enemigo del deseo sexual, y con calma, poco a poco la pareja puede ir re-entrenándose de una forma más natural y agradable en volver a practicar el sexo, pero todo ello, sobre todo, sin el enemigo de la prisa.

libros recomendados:
«Tu sexo es tuyo», o  «Deseo» (autora: Silvia de Béjar).
«Trampas y claves sexuales», o «Sexualidad atlética o erotismo» (autora: Montserrat Calvo).

deseo sexual

Ana Bonet
Psicóloga colaboradora del Centro de Terapia Breve de Rafael Santandreu

2 comentarios en “El deseo sexual

  1. Ana María Rueda Morales

    Casi nunca tuve deseo , creo que no era feliz con mi marido, la mayoría de las veces era » cumplir » triste ¿ verdad ?…… Una vez que me separé sentí el deseo, o sea que era con él. Tenía mis motivos, no me hacía feliz durante el día pues yo no quería l
    a noche.

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