Existe una medida de la cordura del hombre casi infalible y es su capacidad para gozar de lo bello. Cuando estamos estresados perdemos esa capacidad: ya no nos fijamos en la armonía de los colores del parque, en el azul intenso del mediodía o en la belleza del rostro de una persona joven.
Una de las puertas hacia la felicidad es potenciar nuestra capacidad de disfrutar de la belleza. Y, todavía mejor, de generar belleza.
 
Fuente: canaltiempo21.com

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